Perspectivas 2024: El crecimiento mundial se reduce, pero los bonos se perfilan para fuertes ganancias potenciales
Puntos clave:
- Para 2024 esperamos un menor crecimiento, una inflación más baja y una limitada reducción de las tasas de interés. Prevemos que el crecimiento del PIB mundial alcance el 2,8%, por debajo del 3,0% previsto para este año, pero anticipamos una aceleración en 2025.
- 2024 es un año político clave. Las elecciones presidenciales de noviembre en EE.UU. serán probablemente las más importantes a escala mundial.
- La renta fija ofrece un fuerte potencial de rentabilidad total en un contexto de rendimientos mucho más elevados; la renta variable también podría mantener su impulso si los rendimientos y las tasas se relajan, pero el crecimiento de las ganancias podría ser más difícil.
Si este año se ha caracterizado por la resistencia económica frente al endurecimiento de la política monetaria, 2024 se caracterizará por la desaceleración del crecimiento: esperamos que la economía mundial crezca un 2,8% en 2024, frente al 3,0% estimado para 2023.
La tan pronosticada recesión no se ha producido y, a menos que se produzcan impactos significativos, no esperamos que pasen en el próximo año, pero es probable que los bancos centrales relajen su política monetaria debido al descenso de la inflación. Creemos que nos encontramos en un entorno de tasas de interés "altas durante más tiempo" y es probable que la mayoría de los legisladores responsables reduzcan gradualmente la política restrictiva, en lugar de añadir nuevas medidas de ajuste.
Como siempre, no faltan temas que los inversores deben tener en cuenta: tasas de interés aún elevadas, tensiones geopolíticas y, por supuesto, las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre.
Pero, por ahora, el telón de fondo es el reajuste de la economía; no estamos a punto de presenciar un desplome de fin de ciclo, sino una desaceleración de mitad de ciclo que, en nuestra opinión, colocará al 2025 en posición de reactivación, cuando prevemos que el crecimiento mundial alcanzará el 3,0%.
Visión general de las clases de activos
Es probable que los inversores se planteen dos preguntas al aproximarse el 2024: ¿podrán los bonos deshacerse de su racha de pérdidas y podrá la renta variable mantener su impulso? Creemos que ambas pueden hacerlo. Sin embargo, la perspectiva de un mejor rendimiento de los bonos en relación con la renta variable es mayor que en los últimos años.
A pesar de los innumerables retos a los que se enfrentan los inversores, creemos que hay buenas razones para ser optimistas. La rentabilidad de los bonos estuvo lejos de ser un éxito en 2023, pero
esto significó que los rendimientos se dispararon a niveles máximos en varios años, preparándolos para unos rendimientos totales potencialmente fuertes en el futuro. Del mismo modo, los bonos corporativos deberían beneficiarse de las perspectivas de tasas de interés más favorables, y los bonos con grado de inversión ofrecen actualmente rendimientos especialmente atractivos de entre el 4% en euros y el 6% en dólares estadounidenses.
No podemos descartar que el mercado alcista de renta variable continúe. Si las tasas de interés y los rendimientos disminuyen, y el crecimiento continúa, los inversores podrían ver cómo se mantiene el impulso positivo de la renta variable que ha caracterizado al 2023. Sin embargo, la desaceleración del crecimiento del PIB y la menor inflación ponen en evidencia el riesgo de sufrir una decepción en los rendimientos empresariales, lo que podría limitar la rentabilidad de la renta variable, especialmente en EE.UU., donde las valoraciones son caras.
Chris Iggo, CIO de AXA IM, Core Investments, y presidente del Instituto de Inversión de AXA IM, afirmó:
"Condiciones financieras más favorables, derivadas de tasas de interés y rendimientos de los bonos ligeramente más bajos, así como un continuo crecimiento real positivo, podrían mantener un sentimiento favorable hacia la renta variable”.
Si a esto añadimos el entusiasmo actual en torno a la inteligencia artificial y su potencial para impulsar el crecimiento, ciertas partes del mercado bursátil podrían seguir ofreciendo un fuerte aumento en los beneficios y rendimientos a inversores. Sin embargo, el entorno macroeconómico plantea retos para el incremento de los beneficios empresariales en amplios segmentos del mercado bursátil.
"Aunque el rendimiento de la renta fija fue desalentador en 2023, una cartera ponderada por el crédito de corta duración y las acciones tecnológicas de larga duración habría tenido muy buenos resultados. Hasta que la Reserva Federal cambie de rumbo, una estrategia de este tipo podría seguir siéndolo."
Una rentabilidad de la inversión moderada, basada en perspectivas de crecimiento nominal modesto, es nuestro principal pronóstico. Nuestro sesgo se inclina hacia los bonos, ya que aquí ha crecido? la prima de riesgo; en la renta variable se ha reducido. Además, la volatilidad relativa implícita de las tasas de interés frente a la renta variable es también un indicador que respalda una visión positiva de los bonos. Y con las tasas de interés alcanzando su nivel máximo y la inflación cayendo, la incertidumbre en torno a los intereses debería disminuir y, direccionalmente, esperamos que los rendimientos sean más bajos.
EE.UU.
La tan anunciada recesión no ha afectado a la economía de EE.UU., que ahora parece encaminada hacia un crecimiento superior a la tendencia del 2,3% en 2023. Sin embargo, la mayor economía del mundo parece que se desacelerará en 2024, aunque seguirá evitando la recesión, con una previsión de crecimiento del PIB del 1,1% en 2024, antes de recuperarse hasta en un 1,6% en 2025. Prevemos una inflación media del 4,2% en 2023, que descenderá al 3,2% en 2024 y al 2,7% en 2025, favorecida por la flexibilización del mercado laboral y las mejoras estructurales. Creemos que las tasas de interés han alcanzado su máximo en el nivel actual del 5,25%-5,50% y prevemos 75 puntos básicos de recortes
a partir de junio de 2024 y otros dos recortes el año siguiente, situando la tasa de los fondos federales en 4,25% a finales de 2025. A escala mundial, 2024 será un gran año de elecciones, pero las presidenciales estadounidenses serán las más importantes.
Zona euro
Parece que persistirá la falta de crecimiento. Esperamos que la economía de la eurozona crezca un 0,5% en 2023, bajando al 0,3% en 2024, antes de subir al 0,8% en 2025, en un contexto de menor demanda y leve aumento del desempleo. A medida que disminuyan las presiones inflacionarias, el aumento del poder adquisitivo debería impulsar el consumo y mitigar los riesgos de recesión. Se prevé una inflación media del 2,7% en 2024 y del 2,2% en 2025, alcanzando el objetivo del 2% del Banco Central Europeo en 2025. Creemos que su tasa de referencia de los depósitos ha alcanzado un máximo del 4% y se mantendrá sin cambios, al menos hasta junio de 2024, antes de situarse en el 2,75% a finales de 2025.
China
Tras un comienzo lento de año (el primero tras la pandemia), la firme actuación de las autoridades chinas debería hacer realidad el objetivo de crecimiento del país para 2023 de "en torno al 5%". La economía parece depender en el futuro fundamentalmente del gobierno central, pero los estímulos deberían aumentar el ritmo de crecimiento trimestral en 2024, aunque ello equivalga a un menor crecimiento anual del 4,5%, antes de disminuir en 2025 al 4,2%. La dependencia de China de los estímulos fiscales y de infraestructuras está dando lugar a una economía desequilibrada; la solución a largo plazo requiere reformas estructurales impulsadas por el mercado. El repunte económico derivado de los estímulos anunciados parece que se desvanecerá en 2025 y podría dar lugar a futuros desequilibrios.
Reino Unido
El año pasado fue duro para el Reino Unido, y estimamos que estará al borde de la recesión en 2024. Prevemos un crecimiento del PIB del 0,5% este año, del 0,0% en 2024 antes de una modesta subida al 0,5% en 2025. Es probable que las tasas de interés hayan alcanzado su nivel máximo en el 5,25% y prevemos que el Banco de Inglaterra las reduzca en 2024, hasta situarlas en el 3,75% a mediados de 2025, una reducción más marcada de lo que esperan actualmente los mercados. Sin embargo, el efecto retardado de las anteriores subidas de tasas, incluida la subida de los intereses hipotecarios, seguirá endureciendo las condiciones monetarias a lo largo de 2024. En los últimos 12 meses, la inflación ha caído del 11,1% al 4,6%, y prevemos una inflación media del 7,5% en 2023, del 3,1% en 2024 y del 1,8% en 2025.
Japón
Tras décadas de lucha contra la deflación, Japón se acerca a un punto de inflexión. Con unos salarios que muestran signos sostenidos de aumento, esperamos una inflación media del 2,2% en 2024 y del 1,6% en 2025. Es probable que el crecimiento económico se desacelere, pero debería hacerlo bien en relación con otras economías desarrolladas. Apoyado por un generoso estímulo gubernamental, prevemos un crecimiento del PIB del 1,9%, 1,2% y 1,0% en 2023, 2024 y 2025. Esperamos que el Banco de Japón ponga fin a ocho años de tasas de interés negativas con una subida de 10 puntos básicos hasta el 0,0% en torno a abril de 2024, junto con el fin de su política de control de la curva de rendimientos. Pero es probable que mantenga la cautela y sitúe la tasa de interés oficial en el 0,25% a finales de 2025.
Mercados emergentes
Los mercados emergentes (ME) se encuentran en una posición estructuralmente más sólida y mostraron su resistencia en 2023, aunque es probable que un crecimiento mundial más débil y unas condiciones financieras más restrictivas representen dificultades el próximo año. En conjunto, esperamos un crecimiento del PIB del 4,0% en 2024 y del 4,1% en 2025. Sin embargo, gran parte de esta aceleración vendrá de los países más pequeños, mientras que es probable que los países más grandes experimenten una moderación del crecimiento en 2024 antes de estabilizarse en 2025. Se espera que la inflación general alcance los objetivos de los bancos centrales a distintas velocidades durante los próximos dos años, con los bancos centrales suavizando la política monetaria, aunque con cautela. Muchos países acudirán a las urnas en 2024 en un año de fuertes elecciones, aunque las de EE.UU. pueden ser las más influyentes por su posible impacto en el comercio y la inversión.
Canadá
A Canadá le fue mejor de lo previsto en 2023. Pero el crecimiento se ha estancado desde el segundo trimestre y el país está al borde de la recesión. El principal riesgo es el efecto rezagado de la subida de las tasas de interés, y los canadienses van a ser los más afectados por el endurecimiento de la política monetaria. La inflación cayó en línea con las expectativas, pero las medidas básicas siguen siendo elevadas, y esperamos una media del 4,0% en 2023, del 3,2% en 2024 y del 2,6% en 2025. Los elevados costos laborales unitarios dificultarán la consecución del objetivo del 2,0%. Prevemos un crecimiento del PIB del 1,1%, 0,5% y 1,7% en 2023, 2024 y 2025, respectivamente. Es probable que las tasas de interés hayan llegado a su punto máximo en el 5,0%; vemos un ciclo de flexibilización retrasado desde julio de 2024 hasta el 3,5% en julio de 2025.
Recuperación del mercado
En muchos sentidos, 2024 será el año de la recuperación tras la pandemia y el consiguiente repunte de la inflación. Para los inversores, se trata de aclimatarse a la llamada nueva normalidad de tasas de interés "más altas durante más tiempo". Pero es de esperar que este reajuste permita a la economía mundial prepararse para un mayor éxito y un crecimiento más robusto en 2025 y en adelante.
Como siempre, la incertidumbre es omnipresente, especialmente dado el entorno geopolítico y las batallas electorales que se avecinan, sobre todo en Estados Unidos. Pero las oportunidades están presentes en toda renta variable y especialmente en los mercados de renta fija; sin embargo, en 2024, creemos que la agilidad del inversor y la gestión activa serán vitales.
Las tasas de interés más altas ofrecen mayores oportunidades de ingresos, especialmente en los mercados de renta fija, mientras que la eventual flexibilización monetaria debería mejorar las condiciones para el crecimiento del capital, especialmente en los mercados de renta variable. Cómo se comporte la inflación en la primera parte del año y la reacción de los bancos centrales al respecto será clave para la volatilidad y la solidez final de los rendimientos de la inversión.
Estas proyecciones no son necesariamente indicadores fiables de resultados futuros.
La información se ha establecido sobre una base de datos, proyecciones, previsiones, anticipaciones e hipótesis que son subjetivas. Estos análisis y conclusiones son la expresión de una opinión, basada en los datos disponibles en una fecha determinada. Debido al aspecto subjetivo de estos análisis, la evolución efectiva de las variables económicas y de los valores de los mercados financieros podría ser significativamente diferente de las proyecciones, previsiones, anticipaciones e hipótesis que se comunican en este material.
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